El aburrimiento en clase

Tenía que hacerlo. Tenía que crear una entrada en honor a un tema tan mítico, tan tópico, que por mucho que pasen los años sigue estando vigente. 
Antes de nada quiero dejar claro que esta entrada no es más que una opinión, una opinión desde el punto de vista de una estudiante. Nada más lejos de mi intención que crear polémica o cuestionar los métodos de los profesores, al menos no en el sentido estricto de la expresión. Este blog, como muchos otros, es un medio en el que puedo expresarme libremente, pero me consta que no por ello tengo derecho a menospreciar a nadie o a caer en descalificaciones, y quien me lea con más o menos frecuencia puede ver que hago buen uso de esta "libertad". Dicho esto, si hay algún profesor que me lee o que haya caído aquí por casualidad, ya es consciente de que no pretendo ser ofensiva. 

Como decía, hoy quiero hablar del aburrimiento en clase. Una situación muy común que se da en las aulas de todo el mundo. Bien es cierto que a veces nos encontramos con sesiones un tanto más interactivas y dinámicas, pero son contadas las ocasiones en que esto ocurre. 
El aburrimiento en clase suele darse cuando un profesor se dedica a hablar durante toda la hora de manera unidireccional, soltando un discurso que pretende dar una explicación de x tema. La mayoría de las veces el problema no radica en la falta de pericia del docente para explicar, ni siquiera en el tema en sí mismo que está exponiendo. El problema se encuentra en algo mucho más simple, pero que, todo sea dicho, guarda cierto grado de complejidad: la forma de explicar. 

En mi opinión, no sirve de nada en absoluto que una sola persona en una clase de 20 o 30 se dedique a hablar y hablar, a disertar, meditar en voz alta, porque si su intención es que los alumnos aprendan, está perdiendo el tiempo y esfuerzo. Yo, por mi parte, soy psicológicamente incapaz de atender durante más de media hora, y como mucho, si el profesor explica el temario de esta forma (soltando el rollo, hablando en plata). Y sé que no es algo que solo me pase a mí, pues con girar la cabeza hacia atrás y ver las posturas y expresiones de mis compañeros, me doy cuenta en seguida de que están en la misma situación. Y claro, como es lógico, muchas veces los profesores se molestan al ver esta falta de interés general. Vale, no niego que a veces los estudiantes deberíamos poner un poco más de nuestra parte, pero quien enseña y explica tiene que ponerse en nuestro pellejo, y no le costará mucho, puesto que también ha pasado por las aulas. 


A lo que quiero llegar es, ¿por qué no usar un método diferente? ¿Por qué no intentar hacer las clases más divertidas, de forma que el alumno pueda aprender más rápido y de forma más fácil? No, no estoy diciendo que las clases deban convertirse en una juerga continua ni deban perder seriedad, pero creo firmemente que se pueden encontrar otros caminos para enseñar. 
Hoy en día se tienen más facilidades debido a Internet ya que en todos los colegios, institutos y universidades se han instalado equipos y ordenadores, y sin duda alguna esta herramienta es una grandísima ventaja. El profesor podría utilizar páginas web, fotografías, vídeos... Las posibilidades son infinitas.

Pero vale, igual no hace falta ir tan lejos. El ordenador es una buena opción, pero no la única. Yo creo que con que el profesor haga unos pequeños ajustes en su tono de voz y en su forma de dirigirse a los alumnos, se hacen grandes avances. Y no, esto tampoco significa que el profesor deba explicar la lección en verso o hacer malabares para captar la atención, o convertirse en el colega de turno. Seguramente el miedo de muchos profesores es dar confianza a sus alumnos porque (y esto es cierto) suelen abusar de ella. Sin embargo, no hace falta dar mucha confianza. Solo es cuestión de implicar a los espectadores, como en una película. Que los alumnos interactúen ayuda mucho (ojo, interactuar no es señalarlos con un dedo acusador para que reciten la lección de memoria). No, no es necesario. Solo guiarlos, mantener su atención y hacerles atractivo el tema.

Y me estoy basando en mi propia experiencia. Tengo profesores en cuyas clases los alumnos somos (volviendo a la metáfora del cine, hoy estoy inspirada) como actores. Obviamente ellos son los directores, pero en vez de leernos ellos solos el guión entero, nos lo dan, nos lo explican y nos dejan formar parte de la trama. A medida que nosotros actuamos, ellos van corrigiendo este diálogo, aquella escena, y nos orientan para enseñarnos a actuar. Mientras, nosotros disfrutamos como enanos, y nos quedamos con el conocimiento sin darnos cuenta.
Para resumir porque no quiero ponerme más pesada, lo que intento decir es que soltando la chapa no se consigue otra cosa de los alumnos que cara de aburrimiento, y aprendizaje cero. Hablo por mí, aunque sé que muchos comparten mi opinión. Nunca, y no exagero al afirmarlo, he aprendido nada de una clase en la que el profesor diese una perorata interminable. En contraste, he tenido clases (no son la mayoría, por desgracia) en las que el profesor sigue siendo quien lleva la voz cantante, pero utiliza formas alternativas de enseñar las cosas. Y os puedo asegurar que durante esas clases no miro ni una sola vez al reloj con desesperación, deseando en secreto compartido con mis compañeros ser salvados por la campana. 

CONVERSATION

5 comentarios:

  1. "Yo, por mi parte, soy psicológicamente incapaz de atender durante más de media hora"

    Ni tú ni nadie. Está científicamente demostrado que es imposible que un alumno atienda durante el tiempo que los profesores desean de manera continuada sin el uso de drogas como Ritalin o demás fármacos focalizadores de la atención.

    ... sí, de vez en cuando voy a clase xD

    ResponderEliminar
  2. Ya está el señorito haciendo gala de sus conocimientos jajajaja.
    Sin el uso de drogas o empleando otros métodos, pero bueno.

    ResponderEliminar

BTemplates.com